Esta dulce celebración, una de las preferidas por los más pequeños, podría tener importantes consecuencias en su salud.

Como consumidores es muy difícil decir que no a los dulces, por lo menos no en su totalidad, es por eso que Conadecus recomienda comer siempre con moderación.

Muchos alimentos ultraprocesados tienen grandes cuotas de sal y azúcar, lo habitual es que dejemos de comer cuando se acababa la bolsa sin pensar en la dosis recomendada.

Según expertos, los adultos no debemos consumir más de 50-60 gramos de azúcar al día y 30-35 los niños.

Ni un gramo más

Muchas veces, al abrir un paquete de dulces o un snack no podemos detenernos hasta que se termine el paquete, sin pensar en la dosis recomendada.

Si bien un exceso de vez en cuando no hace grandes daños, es importante destacar que debe ser muy esporádico.

Todo exceso es perjudicial para la salud y los azúcares no son la excepción. Ingerir más cantidad de la que el organismo necesita, según las funciones vitales y el gasto energético, hace que se acumule.

Esta situación no solo favorece la aparición de obesidad, sino también lleva al páncreas a intentar equilibrarlo mediante algunas hormonas.

Entre estas es destacable la insulina, pero lleva un momento en el que el cuerpo no es capaz de soportar este exceso.

Esto da lugar a que aparezca una resistencia a la insulina, llevando a un sobresfuerzo metabólico que favorece la aparición de diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia y problemas cardiovasculares.

El consumo excesivo de golosinas puede generar trastornos físicos y psicológicos en los pequeños.

La mayoría de los dulces y golosinas que los niños y niñas consumen en estas fechas son elaborados en base a caramelo, cuyo ingrediente principal es el azúcar.

De esta manera, pastillas, chupetes, masticables y un montón de otros productos se consideran alimentos de una alta densidad calórica, es decir, contienen muchas calorías en poco volumen.

Si bien el consumo esporádico de estos alimentos no debiese suponer un problema, cuando el consumo es de forma recurrente o en grandes cantidades, puede afectar tanto la salud del menor como su conducta alimentaria y la relación con los alimentos.

¿En qué me fijo?

Todos los dulces que se venden en Chile deben tener su información nutricional al reverso de sus empaques, en que podremos observar la cantidad de azúcar que podrán tener los alimentos.

Si bien es difícil hacer una estimación universal, los dulces están compuestos por azúcares simples y diariamente un niño no debería consumir más de 35 gramos.

De esta manera, si consideramos que una porción de tres gomitas aporta alrededor de diez gramos de azúcares, los niños y niñas no deberían comer más de seis porciones.

Pese a lo anterior, sabemos que Halloween es una fiesta de dulces y esto puede hacer que comamos más de lo usual.

Lo más importante sobre estas festividades y su consumo, además de pasarlo bien con los grandes y chicos, es que el consumo de dulces en cantidades sea esporádico.

Para el resto del año te recomendamos revisar la nota “De la pirámide al plato: Guías Alimentarias para Chile”, con más detalles sobre la nutrición.

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